martes, abril 04, 2006

ROSA DIEZ, REFERENTE ÉTICO

Rosa Díez es un referente que merece la pena remedar.

La pena es que últimamente en España, los referentes dignos de remedo, son enviados al triste y solitario desván del olvido, de propios y extraños, a acumular suficiente polvo como para asegurar su total dis-función por "defunción", sin la más mínima muestra de interés por dar continuidad a su necesaria labor, por parte de nadie.

La bragada y honesta lucha de doña Rosa Díez ha tenido el mismo premio que tuvo la de Nicolás Redondo Terreros o el consecuente general Mena. O el "honor" de ser removidos como Eduardo Fungairiño o el alcalde Vazquez. O el desprestigio y ninguneo sobre organizaciones como la AVT, Manos Blancas, Fundación Blanco, Gesto por la Paz, Basta ya, Covite... O el desprecio y total descalificación de más de la mitad de españoles con la única explicación de que sus reivindicaciones puedan coincidir con las del PP o las de la Iglesia Católica.

La pasividad irresponsable, de la sociedad en general, ante estas purgas, facilitará, hasta legitimarlas, su continuidad cada vez más malsana y más imparable.

Algunos que en principio se perfilaron en su estela, optaron finalmente por el calor de la poltrona y la "dignidad" del coche oficial.

Es triste tener un gobierno que reprima, acose y erradique a los que se oponen a su delictiva brutalidad antipolítica. Pero no lo es menos que los que luchan por impedirlo esgrimiendo la justicia y el derecho como única arma, sean tan fáciles de manosear y sobar por la obscenidad que nos rige, hasta su extinción, sin que ni uno solo de sus "beneficiarios" les grite, a los que los defenestran porque les molesta y les da la gana, con total y retorcida impunidad, que aunque los arrojen a las hogueras siguen vivos e inmaculados, elevados muy por encima de ellos.

Las continuas purgas, van permitiendo que poco a poco se consolide la circunstancia de que frente a los cobardes que viven del delito y del terror, privado y/o de estado, solo van quedando cobardes que lo aceptan y lo permiten.

Rosa Díez es una línea más en lo que se puede configurar como una larga lista que a nadie importa. El delito y el terror se posiciona en los estados rellenando códigos penales y civiles con legalizaciones de sus delitos, presentes y futuros, en la correspondiente descubierta, indefensión y desamparo de sus víctimas.

O junto al terror, o bajo él.

Así permitimos que sea. Así será.


Clandestino

PRECISIONES SOBRE LA MANIFESTACIÓN DEL PASADO SÁBADO

Los errores, directos o por omisión, de un gobierno, no dejan de serlo porque lo griten mil o diez millones de personas. Si se lo dice una sola persona, ya debe autocriticarse y
analizar lo que oye, tomando medidas impersonales y totalmente neutrales con la única referencia de la ley y de la justicia, entendidas desde el estado de derecho, de todos los ciudadanos.

Particularmente creo que la razón y la ley no aumenta ni disminuye porque las vocee una persona sola o porque se junten un millón. El deber, la obligación ineludible de un gobierno es respetarla y hacerla respetar sin que nadie tenga que emplear su tiempo y salir a sufrir sus inclemencias, para recordarle que lo hace fatal o lo que es peor, promociona y patrocina la ilegalidad liderando el bochornoso espectáculo del linchamiento de los que se oponen a ello desde un cívico e impecable alineamiento con la ley justa, en igualdad para todos.

Civismo y alineamiento, con la ley y la justicia, que no ha merecido la felicitación del jefe del ejecutivo, como se apresurara a hacer con los organizadores de la reciente e impecable manifestación independentista y antiespañola, celebrada en Barcelona y cuyo objetivo era la extorsión y amenaza para favorecer sus abusivas reivindicaciones estatutarias, muy lejos de ser para el bienestar común o en pro de nada justo o legal.

Eludir la responsabilidad mediante el descrédito de los que padecen las consecuencias, es de canallas. Hacerlo con algo tan vano y estúpido como contar a la baja, a los que se lo dicen civilizadamente en las calles de un país donde la mayor parte del 'estado de derecho' está privatizado y personalizado, por el hampa que lo degrada, es de canallas bananeros tercermundistas.

Los que nos mojamos ayer, por el agua y por dar la cara cumpliendo con la responsabilidad de exigir justicia contra los que la escamotean de forma indigna y criminal, no salimos a contarnos los unos a los otros. No salimos a que además de padecer el Estado de ilegalidad, nos descalificaran contándonos como a reses y argumentando que éramos "cuatro gatos insuficientes".

¿Cuantos son necesarios para llamar criminal a los criminales? ¿Cuantos son suficientes para llamar traidor a los que utilizan al Estado contra la Nación?

Cualquiera de nosotros, como individuo, sabíamos que nos sobraba razón para hacerlo. Hacerlo desde aquí, como ahora, o estar allí solo es una anécdota aritmética sin más importancia.

La única reflexión válida de la manifestación de ayer es lamentar que se den las circunstancias que nos obliga a hacerlo, aquí o en la calle. Que se está mancillando el derecho de muchos ciudadanos...o aunque sea el de uno solo, no se puede consentir, independientemente de que la protesta sea mas o menos multitudinaria.

La única solución es cambiar esas circunstancias y realinear al Estado con la legalidad vigente poniéndolo al servicio de la Nación, recuperando el nivel de civismo y convivencia que los españoles deseamos y merecemos. Esto pasa por el indudable hecho de la dimisión o expulsión y sustitución, de Zapatero por el propio partido socialista. No es político, no es inteligente, es frívolo, rencoroso, fantasioso e irresponsable. A su currículum solo cabe añadir que además es el presidente de gobierno de una Nación que odia.

Clandestino

EL INEXCUSABLE DEBER DEL ESTADO DE DEFENDER Y AMPARAR A LAS VICTIMAS

La situación real es que hay una legalidad vigente y una banda de asesinos que la infringe constantemente, arrogándose el derecho sobre la vida de los demás. El Estado tiene el inexcusable deber de defender y amparar a las víctimas y el de perseguir y acosar, hasta su total erradicación, a los asesinos y a sus cómplices, tanto civiles como políticos, funcionarios e instituciones, en el nivel en que se encuentren.

Si los responsables del Estado omiten sus deberes y responsabilidades, los servicios judiciales deben actuar de oficio, puenteando a las fiscalias y a los políticos. Si los servicios judiciales no gozan de la debida independencia como para hacerlo, sin ser represaliados, esta obligación recae sobre las FSE, especialmente sobre las que ostentan la responsabilidad de las garantias constitucionales y lindes territoriales. El delito no puede quedar impune por miedo a romper la jerarquización en la cadena de mando. Especialmente cuando se urde, fragua y promueve desde dentro del Estado.

Si el Estado no tiene o no puede articular y activar mecanismos para poder defenderse incluso de sí mismo, que dejen de mentir y se anuncie públicamente que abandonamos el sistema que ampara el estado de derecho y nos sometemos al régimen radical y personal del Sr. Zapatero. Las dos cosas son totalmente incompatibles, como se puede apreciar con total claridad. Al menos que sepamos todos a que atenernos.

No hay absolutamente nada que justifique una sola reivindicación del terror. No hay paz que negociar con los que la perturban mediante el peor de los delitos. No tienen ningún derecho sobre la paz, ni para negociarla ni para disfrutarla.

Esa es la realidad que se combate. El que en la manifestación hubiera mil, cinco mil o tres millones, no va a mejorar o empeorar la triste y bochornosa actuación de los gestores del Estado que utilizan a éste para golpear a la Nación y omiten sus debebres y responsabilidades sobre el cumplimiento de la legalidad y el respeto al estado de derecho y contra los que no la cumplen. Acabar con el terrorismo y el radicalismo fascista del nacionalismo, sí. Venderse a él poniendo a España a su merced, en absoluto.


Clandestino